Este es un divertido juego que fomenta el compañerismo en el grupo y donde no hay ganadores ni perdedores. Todo lo que necesitas es un salón grande y vendas para taparle los ojos a todos los jugadores.
Escoge una persona (o pide un voluntario) para ser la ''sardina'' y no le pongas la venda en los ojos. El resto de los jugadores tiene vendas en los ojos y tratan de localizar a la sardina. Cuando un jugador vendado tropieza con otro, le pregunta si él o ella es la sardina. Si alguien toca la sardina está debe contestar que sí. Cuando un jugador toca la sardina, debe tomarla de la mano por el resto del juego, de modo que se va formando gradualmente una cadena. La sardina no puede intentar evitar que los jugadores la toquen y tienen la libertad de caminar por todo el salón. El juego termina cuando todo el mundo forme parte de la cadena. Thomas M. Church.
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